LLÁMAME FEUER.


INVESTIGACIÓN SOBRE LA QUEMA DE BERLIN.

¿Quién es Wolfgang Vólkov, conocido como
Feuer Lächeln (Sonrisa de fuego)?


Día 73 de la investigación interna a Wolfgang, por el investigador Klaus B.
 Hospital psiquiátrico Gesund Wurm (Gusano sano). 1921, 12 de Junio.


-Apuntes personales hasta el momento-
Después de un largo y duro intento por establecer contacto directo
con Wolfgang he conseguido reunirme con él. Parece como si el sujeto
me esperase, pues me llamó por mi nombre sin ni siquiera presentación.
No parece un recluso cotidiano: está exento de escolta y circula libremente
por toda la planta de Brandstifter (piromanos).
Su actitud, hasta el momento, es burlesca y extravagante
 con respecto a las preguntas que le desarrollo.

La sesión de hoy ha sido la más extraña que he dirigido en toda mi carrera.
En el salón meridional de la planta de Brandstifter, mientras se desarrollaba
la charla con Wolfgang a la hora de la merienda ha acontecido una
 catástrofe, a la cual el sujeto no mostró mayor asombro del común ante el suicido 
de un ingresado, y más si este era amigo de Wolfgang.
Este fue el dialogo a la hora de lo ocurrido:

(Tras varios minutos de su común interrogatorio hacia mi,
con intención de enterarse cuál era la situación de Berlin tras 
el incendio, retomé el curso de la sesión, o ``charla entre de reyes´´ 
como le gustaba decir a Wolfgang.)
[...]
yo. -Señor Vólkov, por favor, dígame ¿Cuál...-

Su interrupción quebró mi pregunta como de costumbre.

W. -Klaus, hijo mío, ya sabes que no me gusta que me llamen 
por el apellido de mi rojo y muerto (al decir esto último esbozó 
su sonrisa peculiar que se dejaba ver tras su poblada barba rubia) padre.
Llámame Feuer (su apodo)-

yo. -Como decía, señor Vólkov, ¿Cuál fue su labor en el Richter des Volkes?-

  Richter des Volkes -(Jueces del pueblo) grupo de intelectuales con ánimo 
terrorista ante el gobierno de coalición socialista).
Lejos de contestar a la pregunta arrolló de nuevo la conversación con uno de sus
ya comunes dichos.

W. -La labor de una persona reside en su responsabilidad en el grupo (su mentalidad antes la responsabilidad estaba muy arraigada en las bases judias), la responsabilidad 
en un grupo es la llama que guía a la unión,
 mi labor como persona era encender esa llama...-

Esta vez la sonrisa se intercambió por un 
áspero silencio y una cara sólida inmóvil con la mirada perdida 
en la cristalera que había a mi espalda.
Abrí la carpeta en la que guardaba los historiales del resto de integrantes del Richter des Volkes 
y empecé a mostrarle las fotografías.

Su posición estática se mantuvo hasta el historial de Benitto Adler, el cuñado de Wolfgang que también ingresaba con él en Gesung Wurm por demencia y piromanía.
 Al sacar una foto de Benitto, Wolfgang  cambió su expresión
por otra mas relajada pero aún con mirada fija en la cristalera. Yo pregunté:

yo. -Y Adler, ¿de qué se encargaba?-

W. -Alder se encarga de que la llama se vea de lejos-

Ahora su mirada pensativa había pasado a su grabada sonrisa, se
cruzó de piernas y brazos con una posición muy pasiva y me miró con
sus ojos color plata hablándome de nuevo:

W. -Y ahora mismo está volando detrás tuyo-

Yo no había acabado de entender esto último, ya que estaba ya
acostumbrado a su jerga metafórica, hasta oír un estruendo
como si de una pequeña explosión se tratase. Me levanté de la mesa 
asustado,  y me dirigí a la gran cristalera de donde se colaban gritos
desesperados desde el patio inferior. Allí me asomé y vi al viejo
Benitto fosilizado en el pavimento bañado en un creciente charco de sangre.
Tras un rato indefinido de quietud y respiración cortada me dí la vuelta, 
todavía con la boca abierta y cortando en silencio de aquel salón,
Wolfgang se levantó con su bollo de nata, le dio un mordisco y
con su su oculta sonrisa bajo su barba llena de polvo de azúcar se despidió:

W. -Llámame Feuer-

WOLGANG VÓLKOV


-esta historia ha sido inventada; sus personajes; fechas; lugares; acontecimientos son ficticios-
Berlín nunca fue quemada por un grupo de intelectuales terroristas.