Al cabo de horas tirado en este banco viviendo como esos pocos minutos que me quedaban para irme se difuminaban en la mas estrellada noche, el viejo que estaba peinado con la grasa de su pelo, vistiendo un traje verde ya raído y con doce pelos gritando libertad a las puertas de su último botón roto de su camisa de rallas grises se dignó a contestarme, hacía ya un rato en la conversación de penas del pasado, cuando ya se daba por concluida de mí salió una pregunta; ¿Qué borrarías del pasado? Mientras huía de mi boca no comprendía su magnitud sabiendo que hablaba con un completo desconocido en mitad de una plaza sin gente, pero salió y provocó una reacción de silencio mudo entre él y yo que concluyó con sin duda la contestación mas inteligente que he oído en mucho tiempo:
-Los porqués.